Para las personas de movilidad reducida, uno de los mayores problemas de salud que puede aparecer es la presencia de úlceras de presión, también conocidas como escaras o llagas, que aparecen en la piel por estar demasiado tiempo en la misma postura.
Las zonas más propensas para que aparezcan estas úlceras son las zonas del cuerpo donde el hueso está más cerca de la piel y poco a poco la misma presión del cuerpo, va provocando la herida. Las zonas más afectadas son: talones, el sacro, los codos, las rodillas, los talones, etc.
Consejos para evitar las aparición de úlceras por presión:
1. Observar la piel al menos una vez al día:
Pon más atención a las zonas más propensas como son:
– Las zonas expuestas a incontinencia.
– Caderas, talones, sacro, codos y tobillos.
2. Mantener la piel limpia y seca.
Usar jabones que no irriten la piel o geles suaves para las pieles sensibles.
– No usar productos que lleven alcohol.
– Hacer el lavado de la piel con agua tibia, aclarar en abundancia sin presionar.
– Para las zonas expuestas a la incontinencia o con sudoración excesiva, usar productos que actúen como barrera, para que aislen la humedad de la piel, como el óxido de zinc.
– Poner cremas hidratantes de fácil absorción.
3. Manejar la presión adecuadamente:
Para que la presión corporal no dañe el cuerpo, se debe tener en cuenta estos cuatro puntos esenciales:
• Movilización: pedir a un profesional sanitario que le elabore un plan de cuidados que fomente y mejore la movilidad y actividad del afectado.
• Cambios posturales: los cambios posturales deben realizarse cada 2-3 horas siguiendo un programa rotatorio de cambios, a continuación veremos este punto ampliado.
• Utilización de colchones, sobrecolchones, cojines y otros elementos que alivien la presión.
• Protección local con apósitos de diferentes formas que se adaptan a la forma del cuerpo y cubran bien la herida.
Se debe ser estricto con los CAMBIOS POSTURALES del paciente:
Posición supina
Colocar una almohada para que quede apoyada la cabeza (o que la cabeza se apoye directamente en el colchón). No es conveniente poner muchas almohadas, porque puede producirse una contractura por excesiva flexión del cuello.
Es aconsejable una almohada blanda y delgada debajo de las pantorrillas para que el peso de las piernas no descanse sobre un punto en concreto y para que las rodillas queden ligeramente flexionadas. A modo de «tope» se puede colocar una almohada que evite la extensión excesiva de los pies.
Posición Lateral
Colocar una almohada bajo la cabeza para que la cabeza y el tronco queden alineados.
Separar un poco del tronco el brazo que queda debajo para evitar que el peso del cuerpo recaiga sobre este brazo. El brazo que queda encima debe estar algo flexionado y descansando sobre una almohada para que la zona del pecho quede liberada de presión.
Colocar una almohada entre las dos piernas para evitar el roce y flexionar ligeramente la pierna que queda encima. Puede ser necesario colocar una almohada en la espalda para que el tronco se sujete.